"Podía ver como tu mano estaba cada vez más lejos de la mía, como tus ojos parecían mirarme sin verme y como tu boca decía palabras que yo no lograba comprender.
Era como si de la nada habláramos diferentes idiomas. Tú decías que aun me querías pero que las cosas no eran como antes que había algo en el aire que respirábamos que nos estaba separando lentamente.
Tú me enseñaste que “para siempre” no existe y que la vida está llena de etapas que debemos completar con la cara llena de risa y seguir nuestro camino.
Tú me enseñaste que “para siempre” no existe y que la vida está llena de etapas que debemos completar con la cara llena de risa y seguir nuestro camino.
Aprendí que tu amor era algo pasajero en mi vida, que tu amor fue el medio a través del cual aprendí sobre la temporalidad de las cosas, la temporalidad de la vida y sobre la facilidad que tenemos como seres humanos de alejarnos de alguien que alguna vez pareció ser lo más importante.
Me enseñaste lecciones valiosas que se quedarán conmigo de por vida, pero la forma en la que decidiste mostrarme el mundo no fue la más delicada ni la más apropiada para mi en ese momento"...
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